Shoot! Galería Metropolitana, 1998

Fragmento del texto: DE LA PINTURA EN VILO, EN HABLA CON EL VACÍO

por  Lelia Driben

…operatividad abierta por la fragmentación. Y, a partir de ella, el cuadro emerge como un campo regido por sus propias leyes que atrae sobre sí múltiples matices: puede abigarrarse en ríspidas, amorfas pinceladas, o distenderse en serenos, diagonales brochazos;  tensar su espesor o permitir el sutil vaivén de planos insinuados. Se trata, en suma, de un campo lleno de flotaciones y tenues mutaciones, que ondea y se aquieta, fulgura en tonos claros y oscurece; una áspera, agresiva densidad suele ganarlo en ciertos cuadros.

… la pintora que hasta hace sólo dos meses colmaba enteramente sus telas de pintura sin dejar, casi, ningún resquicio, ahora presiona el otro lado del péndulo: busca, horada el espacio, se asoma a su desnudez; instala, en suma, a su pintura, sobre la fluctuante línea de cruce entre la atracción y el horror al vacío.           

Fragmento del texto: LA PINTURA MURIENDO VIVE

  por Benjamín Mayer Foulkes

Solemos suponer que las exposiciones son de una Obra o, al menos, de obras. Pero, ¿no acaso lo que puede ser expuesto es sólo la evidencia de una ruptura, el saldo de alguna lógica que, al haber topado con su propio límite, ha terminado por desgajarse en apuestas por renovados futuros imposibles? Esto, por lo menos, es lo que sugiere la presente muestra, que nos convoca a sondear los vestigios de una ruptura, profunda y fresca aún, que ha tenido lugar en el peregrinar pictórico de Beatriz Ezban. ¿Cómo entender dicha ruptura?, ¿en qué terminos dar cuenta de ella?, ¿de qué manera abordar aquello a lo que nos deja enfrentados? Como sucede con todo acontecimiento en la pintura, la singularidad de la ruptura que aquí nos es dado atestiguar cobra sentido sólo contra aquel telón de fondo que es la provocación y el impulso de todo pintar, a saber, la imposibilidad radical de la articulación pictórica.

… la pintura es deseada precisamente porque es imposible. Este es el gran telón de fondo que nos permite entender lo que tienen en común lo roto de la ruptura aquí expuesta, y lo rompedor de las apuestas inéditas a las que ha dado pie.

Originalmente, Ezban optó por la vía de la desintegración de la figura y la forma, hasta llegar más recientemente al extremo de suprimir la línea y enfrentarse a la tela blanca con sólo el ánimo de aplicar pinceladas de color. Este trayecto por momentos corría los riesgos propios de una búsqueda quimérica de la esencia de la pintura y del cromatismo… –que J. Juanes acertadamente caracterizó como “metapintura” (en efecto, se trataba de una intervención en la pintura a partir de la pintura misma)…

Fragmento del texto:  El Paisaje Interior de Beatriz Ezban

                                                                                                                                          por Vicente Quirarte.

…esa iluminación que le permitió comprender que el alma de la pintura reside en el color y que éste exige, tarde o temprano, su existencia autónoma. De la pincelada suelta de Delacroix a las torturas a las cuales Van Gogh sometió al amarillo; del movimiento concentrado de Kandinsky a las exploraciones monocromáticas de nuestro tiempo, Beatriz Ezban ha establecido su propia sintaxis, su pesonal sistema de equivalencias.

La herencia de sus mayores, que supieron de la experiencia mística y estética de fundir en el desierto arena y cielo, fue decisiva para su encuentro con la naturaleza  –igualmente intempestiva y avasallante–  de Islandia.   Lectura fragmentaria del universo: la realidad se disloca pero vuelve a su cauce gracias al seguimiento de la mirada y su cristalización en la pintura.

Jorge Cuesta, uno de nuestros críticos y creadores más exigentes –pues todo trabajo de creación lo es también de crítica–, se refería a ese peligroso y fascinante momento cuando la pintura se convierte en sujeto de sí misma…  Beatriz Ezban ha sabido dar un paso adelante, sin caer en el abismo.