Vértigos / Vertigos, 2002. Tamayo Biennale Award

Fragmentos del texto:

BEATRIZ EZBAN ENTRE AZULES Y BLANCOS DE PAISAJES INTERIORES

por Raquel Tibol

…En la saga azul, la luz pensada como energía en movimiento, danza con brillos de relámpagos entre las penumbras de ocasos o amaneceres. La danza se produce gracias al ritmo enérgico como fue aplicada la materia plástica, en verticales, segmentos curvos, diagonales, cruzamientos. Hay expansiones orgánicas, fuerzas tormentosas que generan espirales, sinuosidades reveladoras de tensiones entre aquello que se acaba y lo que está naciendo, remolinos llameantes que emergen del subconsciente. Los efectos lumínicos adquieren mayor contraste e intensidad cuando surgen de abismos o de espesuras. Paisajes del alma sin conexión con realidad alguna, caprichosos, intuitivos, esenciales, emocionantes. Pasión e imaginación se funden en exaltaciones que delatan una sensibilidad con propensión romántica.

En la saga de los blancos (acompañadas de grises y cerúleos), Ezban ha dejado fluir su fantasía en formas más definidas, aunque igualmente descorporizadas pero orgánicas. Diseños formales de huellas, caídas, procesiones, vacíos, nudos de luz, refugios, reflejos, desplazamiento de lo obscuro, inventados para simbolizar estados de ánimo, en un impulso estético similar al de los surrealistas abstractos cuando confiaban en los automatismos gestuales y topográficos. Aquí los instrumentos para extender la materia plástica han sido utilizados con cadencias diferentes. En los cuadros de la serie Vértigos se perciben metafóricas pulsaciones cósmicas, contenidos heterogéneos, cargas de melancolía producidas seguramente por la indeterminación de las apariencias. Se plantea un sistema para distanciarse de la naturaleza sin despreciarla, rescatando sus propiedades trascendentes en un acto de reflexión intemporal.

Beatriz Ezban, en su ya largo ejercicio estético, aprendió que las combinaciones plásticas son inagotables, y que esta multiplicidad se enriquece cuando el artista no busca una lógica habitual ni obedece a modalidades fugaces.