Exposición individual, Museo de Arte Moderno, México.
Solo exhibit at the Modern Art Museum, Mexico City
Mi intención era investigar acerca de la posibilidad de generar una pintura “intangible”, “inasible”, “etérea”, por lo que utilicé una técnica “reflejante” a base de polvo de aluminio, que hiciera que la pieza cambiara a cada paso que da el espectador delante del cuadro, dependiendo de la dirección de la cual proviniera su mirada… En esto radica la afinidad que encontré entre éste propósito y la teoría en la que se basa el Principio de Incertidumbre en la física de Heisenberg. La realidad del objeto observado depende de la relación que establece con el observador.
Abordar el problema no solo de qué se pinta, sino cómo se pinta y, especialmente, de cómo es percibido, estableciendo que no hay un punto ideal para su óptima apreciación. La luz, y la manera efímera como ésta se refleja, pasa a formar parte esencial de la obra, es la materia prima misma con la que está construida.
Esta propuesta termina funcionando como metáfora de la vertiginosa velocidad del mundo en que vivimos actualmente y que se ve sujeta a una permanente aceleración, debido en gran parte a los constantes avances tecnológicos. ¿Cómo expresarlos a través de la pintura, sin salirse al mismo tiempo de la percepción de la naturaleza que también afortunadamente todavía nos rodea? ¿Y cómo mantener un equilibrio entre ellas?